La noche en que Donald Trump salió vencedor en las elecciones de los EE.UU. la web de inmigración de Canadá se colapsó. Miles y miles de estadounidenses se informaban sobre cómo mudarse al país vecino temiendo lo que les caería encima con la llegada a la Casa Blanca del magnate norteamericano. Buscaban un nuevo hogar en una nación más abierta, más inclusiva y liderada por alguien que defiende valores políticos opuestos a los del magnate: Justin Trudeau. El primer ministro con más atractivo de la escena internacional. El niño mimado de la política.